Las llamadas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) representan dos caras de una misma moneda, por un lado, son transformadoras, formadoras e informadoras y son de gran beneficio para la creación de redes y el fortalecimiento del Movimiento Feminista. Sin embargo, también son reproductoras de las violencias machistas, al replicar y amplificar las dinámicas sociales violentas, opresivas y discriminatorias contra las mujeres incrementando brechas de exclusión y poder, y generando nuevos riesgos.
La Violencia Machista Digital no es algo nuevo ni un fenómeno aislado, las vidas y cuerpos de las mujeres han estado violentados históricamente, el hecho de introducir las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) únicamente ha supuesto un nuevo vehículo que ha permitido y perpetuado diversas formas de violencia sistémica contra las mujeres.
La vigilancia, el control, la coerción o la manipulación se tornan con múltiples facetas dentro de los entornos digitales y, en ocasiones, sin rostros con el único objetivo de hacer daño. Lo virtual es igual de real que cualquier otra forma de violencia. Causa daños psicológicos, físicos, sexuales y/o económicos, y tiene efectos familiares, sociales y colectivos.
Las formas de acoso y violencia digital están intrínsecamente relacionadas con la masculinidad hegemónica y por ende con la reproducción de estereotipos de género, son una extensión de la violencia machista y del sistema patriarcal al que nos llevamos siglos enfrentando en las calles.
En España, los datos recogidos en el último informe del Observatorio de Violencia Digital emitido el 31 de marzo de 2022, indican que se han detectado 754 casos de violencia digital en el ámbito nacional donde el 90% no han denunciado el hecho. El sexting sigue siendo el delito mayoritario con un 35% de los casos; seguido del ciberacoso con un 30% de incidencia; con un 15% de casos encontramos la publicación sin consentimiento de datos personales, imágenes y/o videos y un 10% donde la pareja le exige el control y acceso a dispositivos tecnológicos, redes sociales y correo.
¿QUÉ ES ENREDADAS?
Este panorama nos demanda acciones urgentes y sostenibles a largo plazo en el Estado español como en nuestra Extremadura y es así que surge ENREDADAS POR UN INTERNET LIBRE DE ESTEREOTIPOS con el fin de generar impacto y seguir trabajando en la sensibilización, atención y formación entorno a las violencias machistas digitales que afectan a las mujeres.
Este proyecto se divide en tres áreas interconectadas:
- Área de prevención y sensibilización: Elaboración y diseño de cartelería en torno a la violencia machista digital para ser distribuida en Oficinas de Igualdad y Ayuntamientos, así como divulgadas en redes sociales de la entidad.
- Área de intervención: Se ha establecido un punto de información en la sede de la Asociación de Mujeres Malvaluna y de manera telefónica, así como con una línea de apoyo o “helpline” para la atención frente a las violencias machistas digitales.
- Área de formación: Desarrollo de un curso online y una serie de seminarios presenciales dirigidos a federaciones de asociaciones de mujeres ubicadas en toda la Comunidad Autónoma de Extremadura.
Con estas acciones a largo plazo, Malvaluna pretende fomentar las relaciones sanas e igualitarias para la prevención de las violencias machistas; prevenir y eliminar los estereotipos de género representados en el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (redes sociales, mensajería instantánea, blogs); formar para el acceso a las tecnologías de la información y comunicación, manejo de redes sociales y creación de blogs libre de estereotipos y violencias machistas.
Este proyecto, financiado por el Instituto de la Mujer de Extremadura, viene a incorporarse en la línea de trabajo estratégico de Malvaluna contra las violencias machistas en sus diferentes manifestaciones, y en este sentido supone una actualización de los espacios en los que las mujeres se enfrentan a las violencias con la variable que, en muchas ocasiones, el agresor no se identifica debido al anonimato que ofrecen las redes sociales y el internet, por lo cual supone un mayor riesgo y una mayor necesidad de estar alertas.